Revolución energética: buenas prácticas de la instalación solar

  • 29 septiembre, 2020

Toda inversión se hace con el fin de obtener una ganancia. Sin embargo, para el buen inversionista, los riesgos de un proyecto se miden desde el inicio con el fin de disminuirlos o eliminarlos del todo.

En el caso de los sistemas de generación eléctrica mediante paneles fotovoltaicos, el riesgo financiero es nulo. Temas como regulaciones, cambios y factores climáticos, etc., son las principales dudas sobre los cuales los inversionistas hacen preguntas frecuentes. Pocas veces se detienen a comprobar la capacidad técnica de la oferta en el mercado de los sistemas y equipos, así como el cuidado  y seguimiento de normas a la hora de ejecutar los proyectos.

En una instalación eléctrica, como lo son los sistemas fotovoltaicos, es importante que se cumplan los estándares necesarios para que el sistema funcione correctamente en el tiempo y se recupere la inversión.

El avance de la tecnología ha hecho que hoy los módulos fotovoltaicos tengan una vida útil superior a los 30 años; pero el módulo se debe acompañar de una instalación adecuada que tenga una durabilidad similar, aún expuesta a elementos como desgaste normal por uso, factores climáticos, manipulación, entre otros. Para esto, existen una serie de reglamentos, códigos, buenas prácticas de instalación, que buscan lograr ese cometido.

Actualmente, el mundo vive una revolución energética. Hoy es más económico generar energía limpia y renovable. Las grandes centrales de generación con carbón, petróleo y gas natural son tecnologías superadas.

Los países deben lograr una concertación, donde instituciones gubernamentales, el sector privado, la academia y el consumidor en general; velen por una correcta instalación e implementación de estas tecnologías. Es imprescindible que las instalaciones se hagan mediante prácticas probadas y aprobadas en el primer mundo, con equipos de primera calidad, y personal capacitado para realizar las instalaciones.

Es el momento del cambio. El mundo no se detiene ni siquiera en pandemia. La nueva disrupción viene en el transporte eléctrico. Las necesidades de energía eléctrica se incrementarán.  Si lo hacemos bien, los países, sus habitantes y el planeta en general se verán beneficiados. La calidad en las instalaciones, mediante buenas prácticas constructivas, debe ser el norte de empresarios, consumidores, gobierno y ONG’s; para salvaguardar la vida, y de paso estimular la reactivación económica. Hacemos un llamado vehemente a todos los sectores para que así sea, pero especialmente a los involucrados en la primera línea de batalla: ingenieros e instaladores, para que se formen y garanticen la seguridad de sus instalaciones.

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